domingo, 22 de febrero de 2015

Lecciones de psicoanálisis (Parte 1): Asociación libre

En términos generales, el funcionamiento de la Asociación libre en psicoanálisis puede definirse así:
  1. Si hablas lo suficiente, eventualmente terminarás hablando de tus padres.
  2. Si hablas lo suficiente de psicoanálisis, eventualmente tus conocidos terminarán hablando de tus padres.
  3. Si hablas lo suficiente de psicoanálisis con otras personas que hablen de psicoanálisis, eventualmente terminarán hablando de los padres de Freud.

[Escrito: domingo 22/02/2015]

sábado, 21 de febrero de 2015

...del sentido común y las buenas intenciones

Ilustración de J. R. Mora. Tomado de: http://www.jrmora.com/blog/2009/10/11/buenas-intenciones/
Desconfío tanto de los que dicen encarnar la voz de los sin-voz (a saber, de esos que hablan por la infancia, de esos que dicen ser la voz de los pobres, de los “desvalidos” –sea lo que sea eso–, de los animales, de las mayorías y de las minorías, entre otros) como de aquellos que afirman que por su boca sólo sale La Verdad. ¡Babas! ¡De esas bocas pretenciosas salen babas y nada más! Ni siquiera por sí mismos han aprendido a hablar.

Lo único más peligroso que la buena voluntad es un pendejo con poder. Ya dice la sabiduría colombiana: “bobo arriao mata a la mama”, ¿…y qué se puede esperar de tanto pendejo junto y con tanta buena voluntad? Me incluyo como pendejo.

Sin embargo, mi desconfianza antes que invitar al silencio pretende inducir a la reflexión juiciosa, al pensamiento pausado y a la escritura constructiva, en remplazo del orden instaurado de trinos violentos e indignaciones pasajeras. Los invito a pensar más y a intentar con menos afán solucionarlo todo, los invito a desconfiar del sentido común y las buenas intenciones.

Me permito alterar un adagio: Este infierno está hecho de buenas intenciones.


[Escrito: madrugada del sábado 21/02/2015]

martes, 17 de febrero de 2015

Se trajo el verano

Mi abuela llegó de la costa hoy y se trajo el verano consigo.
No hace sino repetir una y otra vez: “en un mes yo me voy, en un mes me voy”,
mientras, afanada en hacerse notar, pone una cara de aburrida como niña berrinchosa.
Si se devuelve en un mes para la costa, o si en un mes se muere, es un asunto de ella.

En cualquier caso, sea en su maleta llena de chécheres que no usa ni usará,
sea en su alma callada y tormentosa, demandante y mandataria,
sea en el baúl de recuerdos y reproches que ha cargado toda su vida a sus espaldas,
sea en su mirada punitiva y caprichosa,
sea en un último suspiro de paz o de profunda angustia,
sea como sea, y váyase a donde se vaya,
que se lleve este maldito verano con ella.


[Escrito: Martes 17/02/2015]