lunes, 17 de febrero de 2014

¿De qué enamorarse sino de lo que el otro es?

A ver si algún día nos podemos entender:

La belleza funciona como una totalidad a la que le sobran adjetivos y le faltan palabras.
No todo es la forma de organismo, pero sin forma no hay cuerpo.
No todo son los sentimientos y actitudes, pero sin eso no hay relación.
No todo es la inteligencia, pero sin eso no hay entendimiento.
No todo es agresividad, pero sin eso no hay acción.
No todo es el cuerpo, pero ¿de qué enamorarse sino de sus síntomas, cicatrices, formas y accidentes? ¿De qué enamorarse sino de lo que el otro es?
¿Qué intentar asir con tus dedos sino la totalidad indecible que logramos sentir?

Pretender resaltar una cosa arbitrariamente sobre las demás es mutilar la relación y pretender ignorar una es torturarse en la propia falta. Una relación es más que la suma de sus partes, así que cuando algo se retira deliberadamente, es más que eso lo que cambia en la relación.

¿No sería más sencillo entonces amar y odiar sinceramente, desde la propia aceptación?

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*Dirigido a: muchísima gente. De verdad no entiendo mucho del modo en que pretenden amar, de los modos en que esperan ser amados o lograr entablar amistades... y pareciera que ni ellos lo entienden generalmente. Para mí convivir con esas incoherencias prácticas es todo un dolor de cabeza.

[Escrito: lunes 11/11/2013]

1 comentario:

  1. Podemos enamorarnos de lo que vamos siendo en la relación con el otro y de lo mucho que de nuestro hay en éste. De modo que lo que emerge en esa relación de enamorados toma vida propia y se nutre de los dos; así, el vínculo que nace puede en la vida misma reproducirse y morir o transformarse.

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