Los
Inip carecen de la tercera falange (falange distal) del dedo meñique de ambas manos, las cuales les son extraídas a los
recién nacidos como símbolo del pacto que hace algún tiempo hicieron estos tres
clanes. El motivo por el que se elige específicamente el dedo meñique para esta
simbolización es un misterio.
El
sistema de numeración Inip no cuenta con lo que la cultura occidental ha
denominado cero (0), uno (1) y dos (2). En los escritos del maestre Ancwora,
que se encargó de redactar el pacto de supervivencia seguido de los grafos que
servirían para el sistema numérico que se instauró a partir de ese día,
explicando que el primer número que contarán los Inip será el Inipay,
que traduce “puñado”. “Inip es
vida”, dice el escrito, porque “puñado es el pacto de los clanes y el agua y la tierra que nos hacen vida”.
El
etnólogo Ludwig vonStrauss, de la Universidad Johann Wolfgang Goethe de
Frankfurt del Meno en Alemania, intentó explicar esta noción del Inipay
en su publicación sobre los Inip, llamada “La
vida en tres, los Inip de Qüamk” (2014). vonStrauss,
aplicando el método analítico cartesiano como orientador lingüístico,
descompone la palabra Inipay en “Inip”, el nombre de la tribu, en “Ipa”, y en “Ay”. En el dialecto Inip, “Ay” es como nombran el agua de la rivera
del Nies, siendo un fonema que siempre va acompañado del epuñamiento de la mano
y el dedo pulgar levantado mirando hacia el cielo (pág. 34).
En
cuanto a “Inip”, la hipótesis que
plantea vonStrauss es que el nombre mismo de la tribu explicita la
imposibilidad de existencia de ninguno de estos clanes originarios por
separado, ni tampoco si hubiese una alianza de dos de estos clanes para excluir
a un tercero (pág. 15). Se necesitó de los
tres para su supervivencia de tal manera que, según el reconocido etnólogo,
tanto el cero, como el uno y el dos carecen de condición de existencia por sí
mismos (pág. 32). Pero el tres, aun pudiendo
existir por su cuenta, necesita de algo que le de soporte para continuar su
vida como recursos y un contexto que le permita la subsistencia, de manera que
necesita del “Ay”, es decir, del agua del río Nies, para existir (pág. 34). En cuanto a “Ipa”,
vonStrauss explica que es un fonema similar el que sirve para nombrar a la
tierra sobre la cual los Inip están asentados, siendo esta una posible
explicación para la inclusión de este en el número Inipay. (págs. 37-38).
El
antropólogo y sociólogo italiano Johan Rosseti, considerado mundialmente como
una eminencia en el estudio de los Inip, aclara que la cooperación es un
concepto central e implícito en la vida de la tribu e incluso en su sistema numérico.
“Todo parece indicar que la cooperación
entre las partes implicadas es algo que se da por sentado por los Inip en todo
momento. No se cuestiona, no se pone en duda bajo ninguna circunstancia” (Rosseti,
Territorio y cultura Inip, 1970, pág. 83). En su segunda obra
dedicada a esta tribu, titulada “Inip:
paradigma de cooperación y convivencia tribal organizada”, expone el
complicado sistema de caza, pesca, sembrado y recolecta que va integrado con
creencias religiosas y numerosas ceremonias que pretenden evitar daños las
tierras cercanas y que buscan el cuidado ritual del agua del Nies (1978, págs. 54-115).
Rosseti
también habla del extraño fenómeno que él mismo denomina “Animalismo Inip”, refiriéndose a que no parece haber ataques de los
animales carnívoros de la sabana africana hacia los Inip y tampoco ataques en
sentido contrario (págs. 78-79). Este fenómeno aun
no ha sido explicado por la antropología contemporánea ni Rosseti ofrece alguna
explicación hipotética, pero si realiza una descripción exhaustiva al respecto.
El
sistema numérico Inip consta con 6 caracteres, sin operación matemática alguna.
Estos números no parecen estar organizados de manera jerárquica u ordinal, de
modo que ningún carácter representa un valor mayor o menor que otro (Rosseti, 1970, pág. 31). Sin embargo, para
intentar un abordaje explicativo de este, usaremos las operaciones matemáticas
propias de la cultura occidental aclarando que la esencia misma de la operación
matemática está excluida del sistema Inip, así que este intento se hace a modo
explicativo e ilustrativo nada más.
Al
respecto del número Inipay se ha explicado que es la condición de existencia de un
puñado. Representa el 3 (tres tribus), el 4 (sumado al río con sus aguas) y el
5 (sumado a la tierra) por igual y todos a la vez, sin subsumir el 3 al 4 o al
5, ni hacer más importante a alguna de sus partes.
El
número Ëighay sirve para hablar de la existencia de puñados de comida
que hay para cada integrante de la tribu al dividir la totalidad de las pescas,
las presas cazadas, las recolectas y cosechas diarias. Debido a que los Inip no
acumulan para no desperdiciar comida, tanto la caza, como la pesca y la
recolección son actividades que se hacen diariamente para la supervivencia. A las
pocas veces que hay un exceso de comida para la alimentación diaria se le denominan Ëíg-ëighay,
siendo este un número que exige un ritual de reabastecimiento del lugar cuya
explotación fue excedida. Por ejemplo, en el caso de la pesca conlleva a una
alimentación de los peces y un cese de la pesca por un puñado (Inipay)
de días (págs. 94-96). No existe un número
para nombrar la falta de comida de un tipo, debido a que tienen otros recursos
para alimentarse; tampoco existe un número o una palabra para nombrar la falta
de comida en general ya que, a lo largo del tiempo, han demostrado ser una
comunidad sostenible (pág. 111).
El
cuarto número que expondremos ahora, cabe anotar que es el más particular de
todos: Camec es un número que traduciría al español “algún” y
“algunos”. Debido a que los Inip no
separan las cosas de las personas o los animales, tienen una misma palabra para
denominar alguna cantidad de algo (de agua, por ejemplo), alguna cantidad de
animales, (de cebras, por ejemplo), o de Inips. Ludwig vonStrauss explica esto como
una falta de jerarquización en la cosmovisión de los Inips, que no distinguen
ni proponen una jerarquización de objetos inmóviles o sin vida frente a los
seres vivos, dándole a todos la misma importancia dentro de su vida diaria (vonStrauss,
La vida en tres, los Inip de Qüamk, 2014, pág. 189).
Esto
se desprende, según vonStrauss, de una suerte de ecologismo cultural que la
tribu concibe a partir de la frase con la que inicia el pacto de los Clanes origen: “Inip es vida”. Para
ellos, los humanos Inip son tan Inip como las piedras del piso, el territorio
que habitan, los sembrados que mantienen, los animales que cazan y los frutos
que recolectan, así que todos se pueden reunir bajo la numeración Camec
(pág. 190).
El
físico y teórico de las matemáticas Arthur Miller, profesor de la Universidad
de Minnesota e investigador del MIT en Estados Unidos, ha planteado en su más
reciente artículo acerca de filosofía de la matemática algunas de las
condiciones de existencia del “todo” numérico, es decir, del conjunto Universal
como un conjunto cerrado desde la teoría de conjuntos. Entre los ejemplos que
trae para explicar su posición, dice que el planteamiento de los números Inip
imposibilita la existencia del todo y del uno en su sistema debido a su
carencia de concepto para denominar el “todo” pero, especialmente, por su falta
de número uno. Explica que “(…) el número
uno representa la posibilidad no sólo de contar la unidad, sino también de
determinar que sólo existe un conjunto Universal que representa el todo, es
decir, un conjunto al que ningún elemento le hace falta” (Miller, 2009, pág. 146). Por lo tanto, para
Miller, tanto la denominación del Inipay como la del Camec
se encargan de dificultar la existencia del todo y del uno en el sistema Inip (pág. 150).
Así
mismo, explica cómo se hace imposible toda forma de comparación en términos de
mayor qué (>), menor qué (<), menor o igual qué (≤), mayor o igual qué (≥), de igualdad (=), similitud (≈), congruencia (≡), intersección, contención, complementariedad,
suplementariedad, sustracción (-), adición (+), multiplicación (×), división (÷), entre otras operaciones que se pueden realizar
amparados en la teoría de conjuntos occidental (pág. 151). Todo esto se da, según
Miller, porque no existe en el sistema de numeración Inip el principio de
identidad que determina que un número pueda ser igual a sí mismo ya que, por
ejemplo, el Inipay siempre será un puñado, pero puede ser 3, 4 y 5 incluso
al mismo tiempo (págs. 151-152).
Así
mismo, Miller aclara que la inexistencia del cero también imposibilita toda
operación matemática ya que no existe una forma de expresar la falta de algo en
este sistema de numeración (pág. 150). No habiendo forma
de expresar ni el vacío ni la falta de un elemento en un conjunto, es imposible
afirmar que otro conjunto si lo posea; así, “todo
lo que puede decirse, matemáticamente, es que hay Camec (algunos) elementos en el conjunto A y hay Camec (algunos) elementos en el
conjunto B, sin siquiera poder afirmar que sean los mismos u otros distintos
por la falta de principio de identidad y de universalidad” (pág. 153).
Siendo
de este modo, ha sido imposible determinar la causa de la aparente exactitud en
la realización de la medida del Ëighay (los puñados de existencia de
comida) por parte de los Inip debido a que requiere un cálculo muy preciso. El
modo en que lo realizan es introduciendo los bienes que obtuvieron en la
jornada de caza, pesca, recolección y cosecha e introduciéndolos en Camec
(algunos) Inipay (puñados, de 3, 4 y 5 o cualquiera de ellos) de ánforas
que elaboran cuidadosamente para esta tarea. Estas ánforas son similares a las
ánforas sumerias del siglo XXVIII a.C. encontradas en lo que hoy se supone que
fue Uruk, pero están dotadas de un cuello largo y orejas idénticas a las que se
pueden detallar en la cerámica etrusca más reciente, que sirven para facilitar
su transporte. Sin embargo, son de barro claro, no barro oscuro como las
etruscas, y carecen de los hornamentos de colores de las sumerias; además de
contar con una boca más ancha que las dos anteriores para introducir y retirar
los alimentos sin dañarlos.
A
principios de la década de 1980 un sociólogo francés llamado Jean-François
Fournier intentó determinar el número de integrantes de la tribu Inip al contar
las ánforas del conteo alimenticio. La tarea le resultó ser más difícil de lo
que pretendió porque a veces utilizaban 3, 4 o 5 ánforas para esta tarea, e
incluso solían utilizar algunos puñados de ánforas para ello, todos con un
número distinto de ánforas del que comían algunos puñados de personas y algunos
puñados de veces, además de los puñados de comida que tienen sus puñados de
perros, los peces y múltiples puñados de animales salvajes, además de la que
usan para “alimentar” la tierra de cultivo y mantenerla fértil. El sociólogo
culmina su investigación diciendo: “gracias
a numerosas dificultades en el conteo, sólo puede afirmar que existen Camecn Inipay ánforas alimenticias y, debido
a esto, (sic) por lo menos Camec Inipay Inip” (Fournier,
1980, pág. 88).
Cabe
aclarar que esta conclusión de Fournier fue fuertemente criticada por la
comunidad sociológica y antropológica francesa tildándola de una burla de mal
gusto, o una conclusión apresurada influida por su “carácter impertinente” y por su creciente afecto por los Inip, con
quieres pasó sus días hasta que murió 14 meses más tarde a causa por una
infección de origen desconocido, sin realizar más publicaciones ni notas
escritas al respecto de la tribu, según lo expuesto por Jean-Baptiste Lombard,
su amigo cercano y biógrafo (Lombard,
1895, págs. 51-56),
en su libro “Contar lo incontable,
Fournier”.
El
quinto número con el que cuentan los Inip es el Irgotch que tiene origen
en el clan Cantir, y que sirve para nombrar los aliados y compañeros con los
que se cuentan, mientras que el sexto número de su sistema numérico es el Ankare,
cuyo origen es Pruuk, y es usado para señalar los enemigos que hay a la vista,
según el maestre Ancwora relata en el pacto de los “Clanes origen”. Ambos funcionan de modo similar a los anteriores,
señalando que son algunos (Camec) puñados (Inipay).
Todos
estos acuerdos numéricos residen en el pacto redactado por el maestre Ancwora
que, según Rosseti anota especialmente en su primer texto sobre los Inip, que
lleva por título “Territorio y cultura Inip”, son números que no pueden
expresar jerarquía porque sirven para señalar el territorio (Rosseti, 1970, pág. 321), entendido como el lugar
donde se habita y el modo en que se habita en este, como un conjunto
indivisible junto con las condiciones específicas que determinan este
habitar-en-contexto como lo son condiciones históricas, sociales, geográficas,
climáticas, etc. (pág. 322).
Del
mismo modo, Rosseti plantea en su segunda publicación al respecto de esta tribu
el carácter diferencial y múltiple de la numeración Inip. Afirma que cada Inipay
es diferente a los otros Inipay, de manera que es único aun
siendo un puñado como todos los otros puñados, es decir, es diferente. Así
mismo, es múltiple en cuanto puede ser tres (3), cuatro (4) y cinco (5) al
tiempo, permitiéndole ser diferente a cada otro Inipay aun cuando se
repita, además de que sirve para nombrar un puñado de cualquier especie, sean
cosas, personas, peces, comida, entre otros, siendo un modo de conteo sin
jerarquización (Rosseti, 1978, págs. 134-146). Lo mismo sucede con
Camec,
que permite cierta multiplicidad además de ser un número por fuera de toda
jerarquía en la medida en que todo puede ser referido como “algunos” (pág. 151).
En lo referente a los
números Ëighay, Ëíg-ëighay, Irgotch y Ankare,
Rosseti expone que tienen como utilidad la de determinar el territorio y el
sentido que tiene ese territorio para la vida Inip. El sentido de Ëighay
tiene que ver con la alimentación, el de Irgotch y Ankare con las relaciones
sociales, y el de Ëíg-ëighay tiene que ver con el exceso y la reparación (Rosseti,
Inip: paradigma de cooperación y convivencia tribal organizada, 1978, págs.
159-170).
Inipay
tiene como sentido enmarcar la existencia misma, incluyendo el territorio que
el existir implica (pág. 155), de tal manera que
cada uno de estos números comprende y pone en juego dimensiones que en
occidente han podido ser subvaloradas a juicio de Rosseti (pág. 146).
Finalmente,
en el libro que el argentino Federico Hornstein publicó en 2011, llamado “Convivencia tribal: Una alternativa pacífica
a las formas de violencia contemporánea” estudia las formas de violencia
sociopolíticas contemporáneas y plantea algunos comportamientos tribales de
convivencia cooperativa pacífica como alternativas posibles y realizables en
contextos educativos, laborales, académicos, lúdicos, e incluso sugiere su
potencial en el campo de las terapéuticas familiares y el trabajo social. En su
libro, a través de un análisis socio-antropológico y estadístico, pone en
relieve la gran particularidad histórica en el uso de los números Irgotch
y Ankare
en la tribu Inip que se encuentra descrita en un manuscrito hallado en 2002 y
cuya traducción terminó el equipo de Ludwig vonStrauss. Hornstein concluye que “tras la realización del pacto de los clanes alrededor
de la convivencia para sobrevivir, la relación entre los Inip y su mundo pasó a
ser de enemistad a una relación pacífica, ecológica y cooperativa, reflejándose
en la frecuencia de uso de los números Irgotch
y Ankare,(…) cuya relación es inversamente proporcional” (Hornstein, 2011, pág. 109).
En
cuanto al manuscrito traducido por vonStrauss, se trata de un texto de aparente
carácter poético elaborado por un líder del clan Pruuk que participó tanto en
el evento del pacto, como en la formación y consolidación de los Inip, siendo
el texto hecho algún tiempo después al pacto mismo. En este se relata cómo los
Pruuk se hallaban rodeados por “Camec Inipay Camec Inipay Ankare” (es decir, de algunos puñados de
algunos puñados de enemigos), y no sólo de otros clanes que parecían peligrosos
sino también de seres cola que amenazaban con matarlos diariamente (vonStrauss,
Manuscritos Inip, 2008, págs. 15-17), motivo por el cual
los Pruuk eran hábiles guerreros y cazadores (vonStrauss, 2014, pág. 174) (Rosseti,
1970, pág. 84).
Describe ampliamente como los Pruuk no podían dormir tranquilos en la noche y
cómo ni siquiera se tenían confianza entre ellos para desempeñar las labores
diarias. Finalmente el Pruuk narra con júbilo la sorpresa de notar que tiempo
después, allí donde decía Ankare para referirse a los otros, ya
decía un nuevo término que conoció en el pacto: ahora se encontraba rodeado de “Camec
Inipay Camec Inipay Irgotch” (de algunos puñados de algunos puñados de
aliados) (vonStrauss, 2008, págs. 18-19).
El
orgulloso Pruuk termina su relato con estas palabras: “Como señor de los Pruuk, la alegría me invade sabiendo que los jóvenes
dirán Irgotch dónde yo dije Ankare. Ya no serán Pruuk. Hoy somos
todos Inip. Irgotch Anqwora, Irgotch Cantir, Irgotch Pruuk. Inip es vida y la vida es Inipay.” (pág. 20)
Trabajos
citados
Fournier,
J.-F. (1980). Hábitos alimenticios de la comunidad Inip. Madrid:
Narcea, S. A. de Ediciones.
Hornstein, F. (2011). Convivencia
tribal: Una alternativa pacífica a las formas de violencia contemporánea.
Buenos Aires: Paidos.
Lombard, J.-B. (1895). Contar
lo incontable, Fournier. Madrid: Narcea, S. A. Ediciones.
Miller, A. (2009).
A solution to Schmidt-Rosenthal Paradox: Applications of cardinal invariants
in set theory. Advances in Applied Mathematics , 43 (14), 344-359.
Rosseti, J. (1978). Inip:
paradigma de cooperación y convivencia tribal organizada. Barcelona:
Editorial Crítica.
Rosseti, J. (1970). Territorio
y cultura Inip. Barcelona: Editorial Crítica.
vonStrauss, L. (2014). La
vida en tres, los Inip de Qüamk. Barcelona: Editorial Porrua.
vonStrauss, L. (2008). Manuscritos
Inip. Barcelona: Editorial Porrua.
[Escrito:
sábado 21, corregido hasta domingo 29/03/2015].