domingo, 16 de noviembre de 2014

Mis dos problemas con el Feminismo

En general, tengo dos problemas con el feminismo -cosa que no me hace machista-.

El primero es buena parte de las feministas.

El segundo es el nombre: Llamarle feminismo a una perspectiva ideológica, teórica y socio-política que opta por la equidad de género es como cambiarse el nombre a Adolf Hitler y crear, en pleno siglo XXI, un movimiento llamado Nationalsozialismus que abogue por la libertad de culto y por concientizar al público en general de los daños que causa la discriminación étnico/racial. Y que además tenga una esvástica por logo.

Me parece comprensible si usted no está de acuerdo con mi opinión... pero, antes de escribirme una réplica inundada de ira, le pido que por favor haga introspección y, con la mayor de las sinceridades, se pregunte: "¿Será que tengo arena en la vagina?"

De todo corazón, gracias.


[Escrito: domingo 16/11/2014]

domingo, 12 de octubre de 2014

Nota: Cronos

Hace unos días atendí a una persona que clamaba ser Cronos.

Le pregunté quién era Cronos y me dijo que el primer ser humano. Me contó que ha estado desde siempre, desde el principio, y me relató unos breves apartados de su larguísima historia, por ejemplo quién había sido él en su vida pasada, o por qué estaba saltando al rededor de la fundación moviendo los hombros: estaba intentando recordar cómo volar.

Sea diagnosticado como esquizofrénico o no, eso no me da derecho a hablarles de su historia a fondo. La traigo como una anécdota para hacer alusión, brevemente, al reloj de "arena" que me regaló Ana hace unos días.


Es muy interesante porque, en vez de arena, tiene una viruta metálica de un color gris oscuro, casi negro, que cae rápidamente por la forma de mujer raquítica que acompaña a esta arábiga tecnología. Me recuerda al metal oscuro de la hoz que Cronos usó para castrar a su padre, Urano, en la Teogonía de Hesíodo. Lo curioso del caso es que Cronos, la persona que atendí, no cree en esta historia... me decía que esa no era "la de verdad", que eso era sólo mitología; y tiene razón después de todo, es la mitología griega.

Bueno, todo esto es para contarles que me siento castrado por el tiempo. Debo entregar prontamente el trabajo de grado, así que he estado ausente del Blog y estaré ausente cuando menos un mes más.

Espero que cuando vuelva pueda tener más letras para compartir, porque en este momento casi todas ellas están dedicadas a lo urgente. El tiempo se agota, y no quiero esperar otros 6 meses para optar por el título del pregrado. 

¡Saludes!


-Jose David


[Escrito: domingo 12/10/2014]

jueves, 11 de septiembre de 2014

El orden de la vida, el sentido de la existencia

La vida no tiene más orden que aquel que busquemos en ella, sea por necesidad o por comodidad.

Esta digresión* frente a la vida será lo que llamaremos “ley” y “normalidad” en nuestro afán narcisista, tambaleante, dubitativo e inseguro de someter a la otredad o exterminarla una vez nos hayamos frente a esta; pero también ha de llamarse ética cuando somos conscientes del paralelismo entre la vida –que por simple conveniencia didáctica, por no decir “pereza”, me permitiré llamar– “natural” y la vida psíquica de la humanidad.

El Superhombre (Übermensch) de Nietzsche es tal: es aquel que decide continuar soñando aun sabiendo que está soñando. No nos motiva, pues, a despojarnos de los nombres que llevan las cosas bellas, o de los nombres bellos que llevan las cosas, sino a disfrutar de su fragilidad, a usar estos nombres con respeto y responsabilidad sabiendo que no hay tal cosa como La Verdad, que el nombre no contiene a la cosa ni la agota, y que no es el único nombre para referirse a esta. El resto, amigos míos, ¡es pura poesía, es creación pura!

La búsqueda de un orden supremo e infalible, o el afán por debelar la “realidad última” o un adefesio tal como aquella supuesta “ley natural” que lo rige todo, habla más de la inseguridad que pulula en el espíritu de la humanidad contemporánea que del mundo al que nos hemos visto arrojados, impotentemente, al nacer. Será decir con Nietzsche, Deleuze y Žižek que no hay más orden que el motivado por el terror que nos produce nuestro propio desorden, nuestra pequeñez y aparente insignificancia ante el enorme universo, nuestra impotencia ante la pasión, ante el amor, el odio, el miedo… nuestra impotencia ante la vida y la muerte.

¿Y si realmente no hay un "papel normal"? ¿Y si son las propias excepciones las que crean retroactivamente la ilusión de la "norma" que supuestamente violan? ¿Y si en la filosofía, no sólo la excepción es la norma, sino que además la filosofía misma -la necesidad de un auténtico pensamiento filosófico- surge precisamente en aquellos momentos en que las (otras) partes constituyentes del edificio social no pueden desempeñar su "papel propio"? ¿Y si el espacio "propio" para la filosofía es el de esos mismos hiatos e intersticios abiertos por desplazamientos "patológicos" en el edificio social?

Slavoj Žižek – Órganos sin cuerpo: Sobre Deleuze y consecuencias (pág. 14)

De ahí que nos pasemos la vida buscando un sentido, un delirio razonable, una fantasía duradera que explique y sostenga nuestra condición de existentes, un constructo metafísico que nos de soporte práctico y narcisista al tomar por sorpresa al mundo (Vattimo) y nos ayude a sentirnos menos diminutos ante lo demás y los demás, pero especialmente, que nos ayude a sentirnos menos insignificantes ante nosotros mismos.

Yo decidí gestar algo distinto para mí; no creo que sea algo único, pero hoy me siento motivado a compartirlo. Más que un sentido que me diga el orden del universo, yo busco un sentido que me permita asir y sentir lo que siento, un concepto que, más que gozar, me permita contactarme duraderamente conmigo mismo… y bueno, con eso, con estar conmigo, me basta para ser feliz.

Creo que el sentido es personal, es del campo de la ética aristotélica, eudaimónica y, por eso, no nos resta en la vida más que pensar en la vida propia, la de cada uno en concreto, para darle sentido a esta y no a todo el mundo en cuanto tal. Claro está: no impongo mi opinión, la propongo y aclaro que esta ha sido, desde hace ya varios años, mi propia elección.

Elegí fabricar mis sentidos, mis nombres, mis palabras y mis letras para gestarme, a conveniencia, como un mundo que me sea amable tanto a la hora de dormir como de despertar. Sufro como todo ser humano en el movimiento del ensueño entre el amor y el desamor, entre la compañía y la soledad, pero me basta con crear otro nombre, otra palabra, para volver a desear a la vida y vivir con tranquilidad.

Hoy, soy un desorden en Žižek, soy la carne de mi brazo derecho que dejó de sentir por un golpe, por un tirón, por la tensión. Soy la tinta que discurre, transcurre, divaga y deviene tiernamente entre mis dedos y el papel. Soy movimiento inagotable soy una voz que vuelve de la nada a decirte que sigo aquí, contigo, soy un punto que arremete sin aviso.

No hay orden, no hay ley. Me quedan mis letras para puntuar mi existencia no imaginan la alegría con la que lo escribo y, con esto, me basta para irme a dormir feliz esta noche. Punto final.



*Digresión: (Del lat. digressĭo, -ōnis). f. Efecto de romper el hilo del discurso y de hablar en él de cosas que no tengan conexión o íntimo enlace con aquello de que se está tratando. (RAE)

[Escrito: miércoles 10/09/2014]

domingo, 24 de agosto de 2014

Religare

Tramitar a un ser querido muerto es recordarle a viva voz en una comunidad religiosa.

Ahora, no se me malinterprete; hablo de un grupo con características de Común-Unidad, unidad en torno al vacío que deja su ausencia –la del muerto– que es común a todos y que, ante esta, se propenda por una re-ligazón (religare) subjetiva e intersubjetiva.

La muerte de otro es también la posibilidad de buscar nuevos modos de sujetarse a sí mismo, a lo otro y a los otros, con las puertas abiertas a la conversación, a hacer palabras y elaboraciones del sufrimiento, de lo común, y así erigirse como comunidad de supervivientes, pero también concebirse como sujetos impotentes ante la inexorable, la muerte.

Hacer algún trámite alrededor de la muerte de otro implica entonces una nueva formulación subjetiva y, para nosotros que creemos en los otros (con minúscula), una nueva configuración del lazo social, una nueva formación social y comunitaria. Semejante evento que todos comparten es, a mis ojos, suficiente excusa para buscar al otro aventurándose en los confines de lo posible de cada uno.

Sí, el amor es un salto al vacío, también lo es la amistad. La confianza de lo íntimo, la develación de lo reprochable, la confidencia que transgrede la vergüenza, lo que arriesgamos en el proceso identificatorio, este vertiginoso movimiento hacia la otredad, lo abrumante de la emoción… ¿Cómo amar sino desde el deseo reconciliado con esa extraño goce que nos aborda cuando vivimos intensa y apasionadamente? ¿Cómo amar sin ese miedo a que el otro falte o muera? ¿Cómo vivir sin angustia?

El amor no es la solución, no hay un amor que escape a los eventos más dolorosos de la vida humana. Dicho al contrario, justamente son estos eventos lo que le dan sustento al amor como proceso y no como un solo instante de pasión desbordada, pues es a lo largo de lo impredecible de la vida que nos acompañamos en el amor y la amistad.

Me gustaría tener más palabras para mí y para quienes lean esto, pero seré conciso: yo no sé más que ustedes ni sufro menos que ustedes; pero le he cogido gusto a saltar al vacío cuantas veces sea necesario a ver si encuentro a algún otro con quién conversar. Siento este texto inconcluso justamente porque es un salto al vacío, un salto de fe, y no me queda más que confiar en que alguien lo leerá y que algo, alguna idea o alguna pregunta, se quedará con él o ella.

[Escrito: sábado 23 y domingo 24/08/2014]

jueves, 21 de agosto de 2014

Carta a Juanda - Hermenéutica

*Nota introductoria (Advertencia): En esta carta hablo de Sergio. Considere con cuidado si desea leerla porque la escribo con pocas reservas y mucha sinceridad. Aclaro que en ningún momento es mi deseo el causarle malestar a alguien, como tampoco pretendo compartir morbosamente información.


Envigado, viernes 1° de Agosto de 2014 (1:52 am)

Para:
Juanda

E.S.M.



Hombre… hace rato que no hablamos.

¿Cómo vas?

Aun me espero… espero que algún día no te vayás cuando queremos hablar… pero vos sos como la menstruación: entre más se te espere, más tardarás en venir, pero al fin de cuentas, eventualmente terminarás viniendo.

Espero con ansias hablar con vos, sea de Hermenéutica, sea de tu padre o lo que te venga en gana. Te diría que te hablaré de hermenéutica en esta ocasión, pero no.


Por mi parte, tengo mucho que contarte…

Se suicidó un gran amigo.

Vos sabés que yo soy hijo único, de manera que nunca tuve hermanos sino amigos muy cercanos. Estando más chico, a ellos les decía “hermano” sin darme cuenta, y a penas con la muerte de Sergio, con su ausencia, pillé el sentido. No sé si me han hecho falta hermanos, o me han sobrado amigos, quizá ambas…

Con el tiempo se han sumado nombres a la lista, pero también han ido saliendo uno tras otro, separándonos en los distintos caminos que decidimos a cada momento. Vos conocés a varios, además, vos sos uno. Jose Gabriel, Nicolás, Jose Luis, el mismo Alejo… Óscar, Camilo Claudio, Juanes, James, Pérez, Villegas, Pupu, Calle, vos, Zubieto, Vieco de vez en cuando, Pipe, David, Pulido… Sergio…

Vos sabés cómo soy. Obviamente nunca se lo dije a ninguno más que como una simple muletilla para nombrarlo, pero siempre lo sentí y lo pensé. Dice una canción de Leiva, uno de los dos de Pereza “nunca nadie supo la verdad”. Y güevón, no me pongás problema por el concepto de “verdad”, que vos sabés con claridad cómo lo concibo: forma discursiva de carácter axiomático.

Que los vientos no traigan
Siempre un nudo en la garganta.
Para ya, ya, ya, ya, ya
Que te vas a quedar en nada,
Que te vas a quedar en nada,
Que te vas a quedar sin alas…
Cuídalo bien.

No voy a soplar las velas.
Hoy vengo muerto, quiero gritar.
Los veranos en ruta
Me salvaron otro año más.
Nunca nadie supo la verdad.”

Se llama “Nunca nadie”, es una de esas que escucho en San Pedro; aparentemente el bajo me hace falta sólo cuando tengo calor.

Sí, nunca se lo dije a nadie… quizá sólo a los primeros dos, nunca con claridad. Pero cuando supe que no lo volvería a ver, a Sergio, supe que él era uno de ellos, que se agregó a la lista hacía ya tiempo. Yo ya lo sospechaba hacía unos meses, pero decidí no echarle cabeza en ese momento. Me dolía mucho porque él se encontraba lejano de mí, así que no lo quería pensar… además de que yo andaba con otro lío, uno menos amable. Vos sabés cual jajaja, ¡pero shhhh!

Resulta que el muy güevón se colgó. Eso ya estaba claro, él lo había anunciado hacía muchísimo tiempo y dos personas lo sabíamos directamente y con claridad. Yo llevaba ya años intentando que ese pendejo siguiera con vida, anduve pendiente de él, pero cuando lo vi inclinándose hacia la repetición intenté dar un paso atrás… claro, yo mismo no me lo permití y me quedé ahí, intentando cuidarlo, pretendiendo salvarlo. Sé que vas a decir que yo soy muy tierno, que soy un amor… no tengo cómo contradecirte, yo soy un amor con mis hermanos.

Eventualmente me alejé de él para darle un espacio en la relación que entabló con una chica con la cual también amisté al tiempo; aun siendo una relación supremamente voluble y ambivalente, él la disfrutaba y la padecía con intensidad. Pathos, él siempre fue un apasionado.

Hasta ayer… no, hasta hoy, me sentí culpable por su muerte, pero logré conceptualizarla de un modo más amable: pensaba que yo había inducido la emoción que lo empujó a suicidarse… pero no; creo que sólo clarifiqué sus motivos y él tomó su propia decisión. Alabado sea Santiago, mi terapeuta, por esta revelación. Hoy dormiré liviano.

Además se mató en la misma habitación que murió su padre; completó la escena. Él nunca pudo superar eso, y siempre me dijo que su padre se había suicidado porque decidió optar por el machismo, la terquedad y el egocentrismo antes que por su vida, que era un cobarde, una gallina. A él, a su padre, lo mató un cáncer frente al cual se reusó a ser tratado y Sergio nunca se lo perdonó, además de que siempre buscó un padre en la gente, en su entrenador, en Andrade, en mí, en otros tantos. Lo fantasmático de las relaciones humanas es apasionante e intenso, pero confrontador.

No sé si morir en el mismo lugar y bajo una modalidad similar a la que él conceptualizó, el suicidio, será muestra de haberlo perdonado. Freud en varios momentos habla del suicidio como asesinato y como suicidio al tiempo, además del asunto de las escenas fantasmáticas del Acting-out y el Pasaje al acto en Lacan. ¿Quizá por fin mató al papá? No sé, pero evidentemente no sobrevivió a eso. Es un Acto como tal, uno irrepetible, pero un Acto a fin de cuentas, el más claro de todos, el acontecimiento vitalicio y primordial. Bueno, ya ni modo preguntarle.

La ventaja es que no sólo ya no me siento culpable, sino que esto me ha ayudado a impulsarme un poco más a la adultez, hacia algo de sabiduría. Volví a crearme otro nombre, está en gestación, comencé la casa por el tejado, como dice Fito Cabrales (el de Fito y los Fitipaldis), pero ese es tema para otro día, o para otro texto.

Volver, volver a ver en a la universidad fue fuerte, me salieron dos lágrimas, de esas que no preguntan, sino que atropellan mi voluntad e inundan mi rostro. No pude evitar observar con una profunda nostalgia la banquita donde nos encontrábamos. O bueno, una de ellas.

Sólo pude llorar a los días, no sé si 3 o 4. Ana puede saber mejor que yo. Iba con ella en su carro, de copiloto gasolinero, como siempre, y por poco ocurre un choque entre autos frente a nosotros. Yo me asusté, sentí que me iba a morir… yo si vi el choque y, en pánico, algo lloré. Fueron pocas lágrimas, asustadas, comprimidas, pero algo salió. Sentí que me moría y luego descansé. Con eso desapareció el hueco en el pecho que tenía, la resolución de la culpa a penas vino una semana después.

La misa que la familia le hizo fue una mierda. Hombre, fue terrible, yo estaba desesperado, quería matar al cura y a la hermana de Sergio. ¡Qué mujer más bullosa y culposa! Que desespero esa diada de religiosos.

La gente llora mucho, no sé si por hacer drama o qué. Yo escribo mucho y no espero ser leído, al contrario que ellos que, incluso se molestarían si no son leídos a su gusto. Me siento relativamente autóctono frente a ellos en estas situaciones.

Esperé poder salvar a Sergio mucho tiempo, Yo sé que no tengo derecho a decirlo por lo que te conté el otro día, pero para mí es absolutamente coherente. Él pretendía huir en ese tiempo, yo terminar tras haber hecho lo que tengo aun qué hacer; así que pasé mucho tiempo desesperado, angustiado, triste y melancólico por no haber podido salvar a mi hermanito… ¿te he contado la historia de “Por mi tripa” de Pereza?

Es el hermano, no sé si de Leiva o de Pozo, pero es un cocainómano pesado y es algo que a su hermano le pesa muchísimo; algo así. Esa canción me acuerda a él… y no lo pude salvar.

Llegué a una sentencia: La psicología sirve para cuidar locos, no para salvar suicidas. Ante eso, Santiago respondió que no era muy razonable pensar entonces que yo pude haberlo salvado o incluso inducido, a lo que yo repliqué que el loco era yo; pero él tiene razón.

Es cierto, yo no lo condené ni lo salvé, siempre fue su decisión y él se afirmó a sí mismo, a su existencia, como destino y como decisión, como acto, con su suicidio. No quiero quitarle eso con mi delirio de control y saber, no. Siempre fue su decisión hasta el final.

No obstante, esta conclusión no me ha rescatado de mi propia mente, de la nostalgia, la melancolía, la culpa y el dolor. Tan sólo hoy pude rescatarme de mí. ¿Te acordás de que me mandaste State of love and trust de Pearl Jam como respuesta ante Concretud y disolución? Jajaja, ¡esta vez no me disolví! Sólo tuve un  hueco en el pecho, son buenas noticias, y con el cambio de nombre creo que esto va a mejorar mucho más.

Al principio pensé que él era un güevón por haberse suicidado, pero ahora creo que fue sensato de su parte llevar a cabo (lo digo amando y odiando a Heidegger) el deseo que hace tanto tenía: una vez muere su padre, el peso de su madre recae sobre él, oh mujer asfixiante, simbiótica, ambivalente, culposa, culpante, culpable, desesperante, persecutoria, manipuladora, desgraciada. Los duelos se hacen por las buenas o por las malas, pero uno no se va de esta vida debiéndose nada.

Si, quizá el más sensato sea el suicida. Empédocles de Agrigento, el filósofo griego que abogó por el Physis equilibrista, se arrojó al Etna, al volcán, supuestamente para dar un final suficientemente digno, honorable, a su altísima existencia. No sabe uno si se reconcilió con su pequeñez en el vuelo hacia el volcán, o si Sergio lo hizo, pero seguramente tuvo tiempo para pensarlo. Deduzco entonces que, si bien el acto del suicidio puede ser sensato y recrear con claridad la escena de la asfixiante angustia de la pérdida de un ser querido y la persecución, los motivos del suicidio y el suicida mismo pueden carecer de sensatez. Bendito sea Aristóteles, amén.

El pendejo no llamó a nadie esa noche, él sabía a lo que iba. Se disculpó por lo que me dijo antes de hacerlo, y me dio las gracias por mi amistad. ¿Habrá tenido una epifanía? Me decía que no se sentía bien, que se sentía flotando… algo se reveló a sí mismo, algo se permitió sentir, estoy seguro de eso. Lo último que le dije fue que escribiera, y ahora soy yo el que  escribe de él.

Le pesó hacerse responsable de lo que vivió con ella, con esa noviesita con quién entabló su última relación. Le costó mucho asumirse responsable de lo que él mismo gestó con su vida, en su relación y en su mundo. Quién sabe si su propia culpa lo mató, y quizá sí, él siempre deseó expiarse, extirparse, y bueno, quizá lo consiguió finalmente.

Tenía ese delirio de poeta maldito, incluso le gustaba el francés. De poeta maldito y de Edgar Allan Poe. Él no quería misa, pero el muerto ya no se pertenece a sí mismo, le pertenece a los que dicen llorar por él escandalosamente. Podría incluso decir que él me dijo en alguna ocasión que él era vitalista, como Nietzsche, o que era nietzscheano, y nadie podría decir lo contrario. La verdad es un juego discursivo y, con el paso del tiempo, un juego jurídico, Foucault. Pero sí, si me lo dijo, y yo le decía que no entendía él a qué Nietzsche estaba leyendo; imagino que al de Wikipedia jajaja.

Él me dijo que no se sentía bien; y sí, aparentemente estaba mal, pero no creí que se refiriera a eso. Pensé en llamarlo, pero decidí no hacerlo, preferí no hacerlo. Pensé que era un momento de él con él, que no era lugar para mí en su mundo. Acerté.

Su suicidio fue su decisión y su responsabilidad, no la mía. Él lo eligió. Yo tan solo hablé con él y clarificamos sus percepciones y motivaciones, también las mías, y él decidió a conciencia qué hacer con su vida. No le quitaré nunca el nombre que él decidió darse con su acto, yo no tengo y nunca tuve poder sobre él, así que lo puedo dejar morir en paz. Me refiero a mi propia paz.

Él pudo ser mi hermanito, pero siempre lo vi como alguien igual a mí en términos de capacidades. Aun así, siempre sostendré que él no entendió ni a Nietzsche ni a Schopenhauer, pues, más allá del tema del suicidio. Él no estaba loco, pero entendía lo que le daba la gana. Quizá todos seamos así, pero él lo era más patentemente. En vida, él no estuvo de su parte.

Vos llegaste a verlo, quizá una o dos veces. En el cumpleaños de Ana sé que lo viste.

Es curioso todo esto. No hubiera pensado que su suicidio sería un motor tan grande en mi vida, algo que me motivaría, que me daría impulsos para asirme adulto, para confrontarme con mi propio niño interno, el “mal hijo” que habitó en mí y que por fin pude dejar morir con Sergio.

Cuando él murió, soñé a la segunda noche (la noche del día de la misa) con un retrato familiar en el que estaban los padres y el niño en el medio, lo abrazaban. El niño era él y ya se llevaba bien con ellos, en especial con el padre.

El retrato es una representación de uno de los de mi familia. Es el único recuerdo que queda de un busito verde que boté, se me perdió en la calle un día y me regañaron muchísimo por ello. Ese día me sentí un mal hijo. Quizá con la muerte de mi especular hermanito también algo de ese “mal hijo” que habita en mí cambió, se re-estructuró, se transformó, murió, y tomó nueva forma.

Sí, creo que era una situación que me hacía falta para semejante cambio que estoy experimentando, una transformación de raíz que ya se veía venir desde hace tiempo pero que, por algún motivo, yo no había aun llevado a cabo. Seguramente me hacía falta una crisis.

Ante la intramitabilidad de la muerte, la de alguien tan cercano como él, necesité jugar esa carta: la carta de “El Sabio” que me permite asir y fluir con tranquilidad. El mismísimo James Joyce me ha iluminado con su psicótica sabiduría identificatoria y he virado la moneda que mis padres tan amablemente prensaron para nombrarme; el otro lado de esta siempre estuvo libre para mi propia inscripción. ¡Soy padre de mis nombres desde los 12 años! Ahora no me queda más nombre ajeno que mis apellidos; con esto y el viento frío que me acompañan esta noche me basta para seguir potente y vital, y un poco más sabio que ayer, que hace dos semanas.

Hombre, me escribiste que reconociste en vos las faltas de tu padre. Yo quería escribirte para decirte que no te mataras por favor; es en serio, al menos no te matés por ahora.

Sé que vos no lo harás, pero… me hizo falta decirle eso a Sergio: “Oe, no te matés, no te matés por favor, al menos no hoy, al menos no por hoy.” Resulta que le dio por matarse el mismo día del cumpleaños de Sara, mi amiguita de toda la vida de la unidad.

Este taco en la garganta es brutal.

Si, Sergio… me duele no haberte dicho que no te mataras por favor, y ya no podré decírtelo más que en estas letras, en mis textos. Te pedí que escribieras, ahora te escribo a vos. Me hubiera gustado decirte que no te mataras por favor, pero juro que descansé cuando me dijeron que efectivamente te habías suicidado. Esa tención de estar tras de vos diario, preocupado, atento, en pánico… fue terrible, absolutamente desgastante y doloroso. No era sostenible seguir en esas, nunca ibas a parar, nunca ibas a dejar de amenazar con eso; así que te juro que por fin descansé.

Juanda, vos sos distinto. Vos no has amenazado con eso, a vos nunca te he cargado, así que te lo digo sin ningún reproche: Juanda, hermano, no te suicidés por favor. Deseo tener mucho más tiempo para hablar con vos, claro, cada que te de la puta gana de volver… pero aquí estaré, estaré más que nunca, para cada uno de mis hermanos. Los amo a mi manera, y me hacen falta como gusto de la suave distancia y los calurosos reencuentros.

Hoy soy este viento frío que los saluda a todos por igual y que con ternura declara su cariño y su fuerza, su constancia para acogerlos y su paciencia para soportarlos.

Juanda, vos sabés cómo soy como yo te conozco a vos, y los dos sabemos que ambos lloramos algo leyendo esto. Te mando un abrazo fuerte con mi tinta, con mi alma. Y si, yo tampoco quería hablar de Hermenéutica jajaja.

Me despido de vos; como siempre, es un placer escribirte.



Con cariño y sinceridad, sin reserva alguna, tu auto-nominado hermano.

-José David.



*Nota 1: Si alguien decidió leer esto, le pido el favor de que lo guarde para sí mismo, de manera ética, discreta y prudente. Es un tema delicado para varias personas y lo seguirá siendo por un tiempo. Confío en los pocos lectores de este espacio.
*Nota 2: Este mes he escrito mucho, pero asuntos de otro orden, mucho más introspectivos y aparentemente desorganizados. He sentido desde que escribí esta carta que no puedo publicarla y, a raíz de eso, no he podido escribir o publicar nada más del estilo de este Blog. Definitivamente es mi desnudez y ponerle un límite implicó transgredirme... a penas hoy logro, aun con algunos miedos, publicarme y publicar a Sergio con sinceridad, sin muchas reservas.
*Nota 3: Sinceramente espero no ofender a nadie con esta carta, no ha sido mi intención en ningún momento. Si alguien definitivamente le ocasiona malestar, por favor comuníquese conmigo. No me gustan los problemas ni incomodar a las personas, así que seré receptivo en caso de que alguien se sienta incomodado u ofendido por esto.
*Nota 4: Lo comparto por una infinidad de motivos. Ustedes no tiene idea del descanso que siento por poder publicarlo por fin, es una tarea enormemente terapéutica para mí. Este texto, esta carta es una letra desnuda, este es su lugar, no el olvido ni el reproche, no el silencio ni el vacío. Hoy dormiré tranquilo tras librarme de mi propio silencio hipócrita. Me alegra que este espacio sea tan íntimo y privado como para poder hablar con sinceridad, sin contenerme. Por fin puedo sacarme este taco de la garganta y dejar de callar a mi amigo, a mi hermanito, y dejar de callarme a mí. Cierro mi silencio, puedo hablar libremente... Hasta siempre.
*Nota 5: Gracias por leerme... y gracias por acogerme con sus lecturas. Gracias, muchas gracias.
*Nota 6: Diré y seguiré diciendo que Sergio me quedó debiendo 20.000 pesos; sé bien lo que digo: le reclamo al malparido que matándose me quedó debiendo un amigo, un amigo muy importante que jamás podré olvidar. Poco a poco lo voy aceptando, y quizá algún día deje de ser un reclamo y se vuelva un simple chiste para nombrarlo, o deje de nombrarlo... pero, por ahora, sigo extrañando a mi amigo, a mi hermano.
*Nota 7: Casi a dos años de su muerte, por fin puedo dejar ir esa pequeña deuda de mi amigo. Así, como fue, estuvo bien. De verdad que así estuvo muy bien. Gracias por todo, amigo mío. [Junio de 2016]



[Escrito: viernes 01/08/2014]

sábado, 19 de julio de 2014

¡Colombia huele a mierda!

Imagen tomada de: http://www.panoramio.com/photo/32563981
¡Colombia huele a mierda!

– ¿Toda Colombia?

– Pues, más que todo el puente.


[Escrito: viernes 18/07/2014]

jueves, 17 de julio de 2014

Viento frío

Llegué a la Fundación.

Este clima sigue siendo una bendición para mí, el frío me hace bien, me calma. El silencio es necesario en la vida; en mi caso el silencio es vital y la compañía del viento suave y frío es un punto de equilibrio entre el contacto humano y la soledad. Alguna metáfora dirá en su roce con mi piel, algún verso saldrá disparado de mi carne ante el roce pacífico y cariñoso de los suspiros del mundo.

Con suavidad me dirijo al sentido. Poso mi mirada en el cielo, mis brazos al aire. El leve sol tempranero calienta mis manos con ternura y el viento no cesa, nunca cesa de soplar. Me siento como la hoja de un árbol que se mece con tranquilidad en su vuelo vitalicio: no hay nada qué pelear con el viento, pues él no busca pelea, no parece gustar de la confrontación; sólo quiere recorrer los cielos con suavidad, surcar el amplio firmamento. Él me lo susurró.

Mi cuerpo hace de noria ante su potente perseverancia, y giro infinitamente, sobre aquel eje que reside en mi piel, recobrando energías con su flujo helado, gestando letras a partir de su fortaleza cinética, produciendo versos a partir de su tenue calor, haciendo música con el cantar de sus labios invisibles que se liman con suavidad uno con otro para gestar el suspiro de un enamorado que desea y recuerda con pasión.

El viento cantará lo que cada uno quiera que cante. Para mí, canta la historia de esta humanidad, y de tantas otras que han habitado todas y cada una de las realidades posibles en la subjetividad.

Creo en el cantar del viento, en su aliento de vida que me dota de la fuerza de un soldado espartano para aferrarme a la existencia, para enfrentarme a lo imposible en las Termópilas, para llamarme Vitalismo con su aire, con un suspiro que tomo prestado para ser palabra; y soy palabra viva, viento mío, porque me dotas de vida con tus suspiros, y con un suspiro decaeré, pagaré mi deuda contigo una vez haya llegado el tiempo para hacer de mi alma viento helado, viento que dará vida a algún otro loco que necesite viento para escribir su vida, para vivir sus letras.

Entonces continuaré fluyendo hasta que no queden más vidas que aquellas que habitamos en el viento helado como vida muerta, como la Stýx que recorre el Hades tantas veces sean necesarias para hacer del inframundo una gran ciénaga. Con la guía de algún Caronte amable, esta corriente es para los vivos un vasto archipiélago cálido lleno de caricias desde El Volador hasta San Félix. Será este roce desmedido entre cuerpos desnudos el que exprese el amor que en nuestras almas siempre habitó, el amor que aun en la hora de la parca Inexorable no pudo ser rescatado para la vida, para los que aun hoy continuamos viviendo. Así, llegada Aísa, con ternura saludamos a la vida que fluyó entre nuestros dedos como viento, entre los dedos de nuestros abuelos años atrás. A sus labios calmados nos entregaremos, como siempre hubiéramos hecho con los labios de ese viejo amor que nunca dejamos de añorar… y habrá tormenta, y habrá paz.

Seremos la música que se escucha en las alturas, aquel motor inmóvil que hace de las nubes un altar de plastilina, una almohada cristalina de sueños de libertad. Cantaré la historia, la de todos y la mía, así como -sin pena ni gloria- pretendieron mis letras en vida, vacías de aire y llenas de tinta. Danzaré entre los vivientes como mi cuerpo nunca me permitió y daré con mis dedos ese tacto amoroso que tanta falta le hace quienes escriben su vida hasta desvanecerse en la tinta cuando no queda nada más por decir.

Quiero ser aire frío que le de fuerzas a otro idiota para no quitarse la vida hoy, y convencerlo, con el mismo cantar que hoy fui seducido, de unirse a la legión del viento vivo una vez de su carne se halle partido. E incitarlo a vivir sus instantes con ámplio vitalismo, con dulce erotismo, como una hoja que vuela propulsada por la ternura del viento, de la mano con este Caronte que no cesa de llevarme a las alturas con sus corrientes inmensas. Llegaré hasta donde desee llegar con la corriente a mi favor, hasta que me canse de respirar, hasta que desee cantar.

Ya no tengo en mis hombros la historia de la humanidad, no es Atlas mi nombre, más circulan con armonía en mis oídos sus dulces cantares, en mis espaldas siento su potencia que me impulsa a caminar, y en mi piel aquella ternura, el sincero cariño, que siempre me recuerda cómo amar.

Soy el viento helado que me dice que no todo el sol es odioso, que me recuerda mi cuerpo y mi historia, que me da cuerda como a una noria para nunca dejar de girar, para seguir caminando con suavidad y jamás ceder lo que me queda de humanidad.

Soy las letras movidas por el viento que escapan de mis hojas, que no alcanzo con mis manos, que se llevan mis dedos a volar con ellas. Soy mis letras hechas con aliento de cada poeta que ha cantado los hervores de la raza humana, soy la gran biblioteca de libros que cantan lo que nunca dijeron los vivos, los que a cada momento dicen lo indecible sin remedio: Que los muertos siguen vivos en este viento que nos abraza, que son amor leve que pasa entre nuestros dedos y acaricia nuestra piel, que aquí se encuentran entre nosotros, a nuestro lado, para recordarnos que hay que seguir andando, que hay que seguir amando sin límite o reproche, que la vida es vida mientras exista aire frío qué respirar, que enfríe la punta de mi nariz y nos acaricie hasta el final.

Lo único infinito es el viento que nos acompaña en la aguerrida campaña de seguir con vida otro instante para luego ceder al suspiro, al canto hermoso que acompaña a los que sigan luchando después de nosotros. Respiramos la vida misma, por eso no puedo ser algo más que vitalista.

*Nota: Ambas fotos son mías. Son en la fundación :)
*Nota 2: Estos son textos que no suelo compartir ni siquiera en los espacios más íntimos de mi vida. Soy consciente de lo volados y extraños que son, pero quizá son también algunos de los más sinceros, de los que no fabrico ni pienso en lo absoluto.Tan sólo salen. 

Con el tiempo, he aprendido a dejarlos salir para hacer su tránsito más amable para mí y para el texto mismo. Este fue hermoso para mí... pude darle su espacio y salió con la más amable parsimonia, con tranquilidad de principio a fin y al terminar sentí que no había nada más por decir, que así, sin más ni menos, era ese texto. Y así es, con esas dos fotos que tomé en el mismo lugar el mismo día, así es el texto que sentí en mi interior justo antes de escribirlo... esto me ha hecho muy muy feliz.

[Escrito: miércoles 16/07/2014]

Parce, ¡huele a mierda!

– Parce, ¡huele a mierda!

– Pues claro, ¿será porque estamos en una letrina? Güevón.

[Escrito: martes 15/07/2014]

lunes, 30 de junio de 2014

Desesperante

¡ Amigui !, ¿te conté que dejé de ir a dónde mi psicólogo?

–No sabía. ¿Y a qué se debe eso?

– ¡Se debe a que él es un imbécil! ¡Tras diez meses de terapia, el muy mal nacido se atrevió a decirme que yo soy desesperante! ¿Puedes creerlo? Ojalá un día de estos le quiten la licencia, se lo tiene merecido por grosero y por estúpido. ¿Uno dónde o con quién puede poner una queja? Deberías apoyarme con esto.

– Tranquila Sara. ¿Cuál es su teléfono?

– Es XXX-XX-XX. ¿Le vas a decir a ese imbécil que es un sinvergüenza por lo que me hizo? 

– No; le diré que estoy de acuerdo con él.


[Escrito: lunes 30/06/2014]

domingo, 15 de junio de 2014

Oposición

 
A mi juicio, hay dos grandes ganadores en el proceso electoral colombiano en el presente año: el re-elegido Juan Manuel Santos y la oposición (aclarando que la oposición no son los uribistas sólamente). Creo que hoy se ha expresado un movimiento de oposición enorme que bien podría dar origen a procesos de veeduría más serios que en los años anteriores en la medida en que, más que santistas, hay muchos "neosantistas provisionales" que seguirán siendo oposición al gobierno, sumados a los uribistas que está más que claro que tendrán un ojo fiscal ante las promesas y acciones del presidente electo.

Consolidar una oposición atenta sirve para aclarar los límites de lo permitido y lo no permitido, para exigirle a la corriente política imperante que se mantenga dentro de los límites de lo legal, lo moral y lo ético. Si todos los que no votaron por Santos se unieran para gestar una oposición sólida sumados a muchos de los que sí, podrían hacer del Presidente de la República un servidor público, es decir, alguien que sirve al pueblo, y no alguien que se sirve del pueblo; es este el papel de la oposición.

Traigo entonces el estado de Facebook de Antanas Mockus que, como saben, se unió a la campaña de Santos en esta ocasión. Dice esto: "¡Colombia eligió la paz, la vida sagrada! Con independencia y libertad seguiremos exigiendo que el Presidente Santos rinda cuentas a la ciudadanía, cumpla sus deberes y garantice los derechos humanos."

En este sentido, lo importante para mí no es que haya ganado Santos o que haya perdido Zuluaga. Lo que para mí es importante es que tenemos una gran tarea como oposición, y es hacer de Juan Manuel Santos el Presidente que Colombia necesita en estos próximos 4 años. Nuestra tarea es ser una oposición constructiva y propositiva, no por el bien de su gobierno 2014–2018, sino por el bien de los colombianos de hoy y de siempre.

Queda claro que hoy ganó Santos y que se expresó la oposición, votando tanto a favor como en contra de este –siendo el acto expresivo en sí mismo un logro considerable–, pero tendremos 4 años para hacer de esta expresión más que una simple manifestación aislada del deseo de ver mejor a nuestro país, y hacer también de la oposición una ganadora de estos comicios. Voté por Santos y lo felicito por su victoria; así mismo declaro que, de manera respetuosa y constructiva, me opongo a él.


*Nota: La pregunta es en serio... ¿Qué lograremos hacer con el concepto de Demokrácia?
*Nota 2: Queda claro que es mucho más peligroso ser oposición del uribismo que de Santos. Les dejo en el siguiente link el venenoso pronunciamiento de Álvaro Uribe Vélez ante la victoria santista: http://twishort.com/YWAfc

[Escrito: domingo 15/06/2014]

viernes, 6 de junio de 2014

Nota: Zuluaga y Santos.

Parce, política aparte, Zuluaga tiene que ser muy feo para que Santos se vea bien al lado suyo.


*Nota: Obvio si es un comentario político, pero shhh, que no se den cuenta jajajajaja.
[Escrito: viernes 06/06/14]

El orgullo herido de los militares colombianos

La lectura de algunas respuestas en cartas abiertas de los militares a Santos, motivadas por el comercial de este último con la sonada pregunta "usted prestaría a sus hijos para la guerra", me deja un hostigante sabor a dogmatismo y egos (o narcisismos) profundamente heridos. 

Aparentemente los gestores de estas cartas están más dispuestos a morir por la victoria (con el honor y la gloria que esto significa) que a vivir en paz, y cualquier forma de poner en cuestión esta propensión pareciera ser tomada como una ofensa directa y de carácter personal frente a ellos o a la institución que ellos dicen representar. Sus réplicas tienen una similitud espeluznante con los esfuerzos de auto-afirmación identitaria de un adolescente cuando pelea con sus padres; y digo espeluznante porque ellos están más armados que un adolescente promedio.

(Con estos comentarios no estoy dando opinión alguna frente al contenido de la publicidad mencionada, pues creo que hay mucho por discutir ahí.)

Queda claro que no sólo no hemos tenido una educación que fomente la convivencia con la diferencia o la sana deliberación a través de los argumentos, sino que se nos ha formado y nos hemos formado en ideologías ámpliamente militaristas en las que la única forma de resolver las dificultades es borrándolas del mapa o aniquilando a quién las causa... pero en este caso las dificultades son una infinidad de conflictos que se remontan a muchos años antes que el nacimiento de Zuluaga, Uribe o Santos y cuyas causas suelen ser atribuidas a personas (aun siendo "narcoterroristas", "perversos" o "psicópatas" son personas, ¿no?) que deben de ser eliminadas para que supuestamente todo se solucione. 

En cualquier caso, encarna una tragicomedia el ver peleando como infantes a los candidatos presidenciales, posteriormente leer las réplicas propias de un puberto puestas en la letra de algunos militares y finalmente venir a Facebook a ver a más gente peleando entre ellos al rededor de qué candidato tiene la mano mas dura, o el pene mas grande, o el prontuario más judicializable.

Sinceramente aspiro a que algún día podamos aspirar a más que esto.


[Escrito: jueves 05/06/2014]




Históricamente han sido muy pocas las instituciones militares que se han mantenido en la idea de buscar y mantener la paz, de modo que no es novedosa la estrategia de la creación de nuevos enemigos que permitan perpetuar el objetivo de la institución y a la institución misma, pues si se acaba la guerra y el riesgo de ataques no habría por qué mantener una milicia. La milicia ha sido sensata y astuta a la hora de perpetuarse pues siempre pueden crearse nuevos enemigos, es un negocio redondo, un vals interminable (como en Gundam). En cuanto a las personas que creen en la milicia para recuperar la paz, por el contrario, me parecen lejanos de la sensatez.

Lo que, a mi juicio, da origen a estas respuestas por parte de algunos militares es -como ellos mismos lo nombran- un fuerte ofensa contra el orgullo militar, una profunda herida el honor de los soldados que ha sido insultados por las palabras del presidente. Finalmente es eso lo que hay en el centro de una milicia o de la gran mayoría de militancias: por honor se vive, por orgullo se defiende a capa y espada, por orgullo y honor mata, se muere y se manda a matar; honores son lo que gana un soldado condecorado y es una misma noción de honor/orgullo lo que mantiene a las personas enfocadas en los mismos objetivos, como autómatas.

¿Querés manipular a un hombre? Basta con cuestionar los frágiles pilares en que se sostiene su noción de honor, hacelo dudar de quienes son sus amigos o sus enemigos por supuestas traiciones al honor que lo sostiene y lo dirige en su vida, y dale poder, para que actúe con miedo.

Lo honorable es lo que un orador demagógico y locuaz haga creer a los otros que deben ser y hacer con sus vidas para ser más o mejores que las personas que no lo hacen o que desarrollan la práctica contraria, hasta el punto en que se asume como una verdad, como un axioma fundamental e indudable. Así que, retomando y modificando un poco lo que dijo un compañero del colegio, el honor está en bendecirse a sí mismos como los hombres élite, auto-nombrándose como los mejores hombres del país mediante una serie de tautologías: "Somos los mejores porque somos militares, somos militares porque somos los mejores", lo que conlleva a que los que no son militares sean peores porque no son militares, y que los del bando contrario no sean más que psicópatas o terroristas sin causa, incluso inhumanos, justificando así el asesinato de los que piensan de modo opuesto.

Con esto no digo que sea o no justificada la ofensiva armada, pero sí que esta es una estrategia que tiene muchísimos mas años que esta patria boba. En cuanto al honor y orgullo heridos, pienso que es una reacción mas bien lejana a la que un mayor de edad podría tener, y más cercana a la de un puberto cuyo padre (o comandante en jefe) le ha dicho que no es tan especial como toda la vida se ha imaginado a sí mismo.


*Nota: este último fragmento fue escrito como respuesta a una publicación que hace en Facebook ese compañero del colegio.


[Escrito: sábado 07/06/2014]