jueves, 30 de abril de 2015

Dios ha muerto en Colombia

Si uno se ocupara de leer la historia más a menudo, sería más sencillo rastrear la forma del estado moderno hasta sus inicios, sus primeros planteamientos y sus fundamentos. Cuando Nietzsche dice en La Gaya Ciencia su famoso "Dios ha muerto", lo hace de este modo: "¿No nos llega todavía ningún olor de la putrefacción divina? ¡También los dioses se pudren! ¡Dios ha muerto! ¡Y nosotros lo hemos matado! ¿Cómo podremos consolarnos, asesinos entre los asesinos? Lo más sagrado y poderoso que poseía hasta ahora el mundo se ha desangrado bajo nuestros cuchillos. ¿Quién nos lavará esa sangre?"

No se refiere a la muerte de Dios como ser, sino como concepto. El movimiento histórico y cultural que inicia en la ilustración y encuentra su cima en la modernidad es el desplazamiento de Dios como centro de la visión-del-mundo occidental, es decir, como encarnación (transubstanciación B| ) del saber y del poder y, en remplazo, se ubican dos grandes potencias para tomar su lugar: La Ciencia (en mayúscula) como forma absoluta de saber, y el Estado (en mayúscula también) como forma absoluta de poder.

Pretelt tenía razón cuando señaló la distinción entre la ética y el derecho. Se podían igualar cuando la justicia era impartida por una entidad divina puesto que el judeo-cistianismo es una corriente religiosa con fundamentos éticos, pero ahora que el estado corre por cuenta propia y el Papa no tiene espada, ambos conceptos se han distanciado. Las formas jurídicas sirven para determinar y asignar la verdad e impartir alguna "justicia" de acuerdo a eso, para ordenar socialmente, nada más. Que sea ético o no, es otro cuento. Ese olor a podrido que emite la política a nivel mundial y que se huele tan fuertemente en la política colombiana no es más que una consecuencia a penas lógica del olor a podrido que Nietzsche señaló que emitía el cadáver divino; cuando Dios murió (cuando dejó de ser el centro de la vida humana en occidente), la ética y el poder se divorciaron. Si hay algún sujeto con poder que se comporte éticamente, entonces lo celebraré: es un milagro.

Día tras día el Estado también se muere, y no termina de morir. Quien quiera encarnar el poder para los otros siempre será un canalla, pero hay unos peores que otros. Que Santos, que Uribe, o que algún otro u otra (y que conste que no estoy mencionando a Parody) actúen como cínicos desgraciados no debería sorprendernos tanto, porque uno tiene que tener un rayón muy grande y profundo en la cabeza para querer gobernar a las demás personas a toda costa y sobrevivir a la carrera de ratas que es la escalera política. Después de jugar los Sims durante un día, es común buscar modos creativos para matar a los personajes... después de todo, es jugar a ser Dios (literalmente) y el poder no corrompe a las personas, sino que las hace mostrarse tal cual son. 

No podemos olvidar que nuestra Colombia es producto de nuestros políticos, pero también somos productores de la clase política colombiana, productores de la guerra, la pobreza, la corrupción, y un largo etc... Les recuerdo que a ellos no los parió el vacío. Si estamos decepcionados del Estado, a mi parecer, eso debería llevarnos a revisarnos a nosotros mismos y no sólo a quejarnos y chismorrear de los dirigentes que hemos producido como país. La "muerte de dios" no es que haya políticos poco éticos, sino la pérdida de la dimensión ética de los habitantes de un país. 

Lo quiero gritar: ¡¡ TENDRÍAMOS MEJORES DIRIGENTES SI, COMO PUEBLO, TUVIÉRAMOS LA AUTORIDAD MORAL PARA DECIRLE A NUESTROS GOBERNANTES QUE LO ESTÁN HACIENDO MAL !! Pero si usted es como yo y es capaz de cruzar la calle como peatón sin usar el puente peatonal ni esperar a que su semáforo esté en verde, si usted se cuela en una fila, si compra marigüanita en las plazas de vicio, si le saca un peso de más a alguien en el comercio diario, o si usted no es capaz de aceptar cuando se equivocó, o si es capaz de sobornar a un agente para que no lo perjudique o de hacerle un daño a otro sólo por envidia o por resentimiento, entonces estamos cagados desde un principio. Dios ha muerto en Colombia bajo nuestros cuchillos, machetes, motosierras, negligencias, mermeladas y disparos. Cada día somos asesinos de cualquier benevolencia que nos reste como país porque "el vivo vive del bobo", por la "malicia indígena" y cualquier otro eufemismo que sirva para justificar que una persona saque provecho de otra persona. La peste de Colombia somos los colombianos, los políticos son apenas un penoso síntoma.



[Escrito: jueves 30/04/2015]
RABIA.

viernes, 24 de abril de 2015

Nueva descripción: Alguna letra desnuda

Estuve leyendo la descripción del Blog y he decidido cambiarla... la he vuelto a leer con atención y resulta que, poco más de un año de haber iniciado con Alguna letra desnuda, ya soy otra cosa. Y ya es otra cosa.

Ya no estoy perdido, me he encontrado en mí. Soy capaz de hablar, de transmitir, de emocionar, de excitar, de tocar, de escuchar, de acoger, de abrazar, de llorar, de reír, de soñar, de callar, de acariciar y acompañar. No me faltan palabras, ya no me quedo corto para decir, jamás. No entiendo el sarcasmo y me distraigo con facilidad.

Soy otro y, especialmente, soy feliz conmigo. Por eso puedo escribir y publicar sin reproches o temores, sin guardarme nada en lo absoluto, porque ya no tengo nada que perder. He reconquistado mi Blog, soy libre aquí... y de aquí en adelante, todo es ganancia; absolutamente todo es ganancia, por eso soy feliz, muy feliz. He vuelto a creer en el futuro, en el cariño sincero, inexplicable e intenso.

Alguna letra desnuda es mi sueño hecho realidad (virtual), es mi cariño vertido hacia mí mismo y mis letras vertidas hacia ustedes, es la dignificación de mi propia condición de escritor y de letra al mismo tiempo. Finalmente he aprendido a amar; y si, efectivamente, primero hay que amarse a sí mismo.

Les doy la calurosa bienvenida a este espacio, a mi deseo encarnado (¿en-virtualizado? en-letrado), con un cálido abrazo. Gracias por venir, y siéntanse como en su casa, en mi casa, amigos míos. Bienvenidos a mi hogar.
Gracias.
:)


[Escrito: jueves 23/04/2015]
Amor. Felicidad. Alegría. Ternura. Amistad. Calidez. Amor.

jueves, 23 de abril de 2015

Corazones

Me disgusta que las mujeres me respondan a mis mensajes con corazones. Eso perturba mi voluntad de soltería. Además, nunca aprendí a dibujar corazones, así que no entiendo lo que significan. No sé si quieren de mí una respuesta ni entiendo lo que quisieron expresar.

Confieso que les he cogido pavor con el tiempo y que no ha habido quién me haga entender su sentido, ni quién me enseñe a bailar salsa. Confieso que he sido condescendiente cuando he respondido con un corazón a los que las otras personas me han enviado porque nunca he podido darles un significado para mí, no he sentido algo que llene de sentido esa figura... Acepto que nunca he sentido algo que me empuje a entregarle a alguien, sin reproche alguno, mi corazón.

Reconozco que mi lejanía no ha sido sólo por mi carácter, que siempre ha sido también una emoción opaca que me abruma en cada desencuentro íntimo, cuando una persona quiere leerse en mí, imponerse o someterse antes que conversar conmigo, entre pares diferentes, pero de igual valor.

Reconozco que no ha habido quién me lea ni quién me escuche sin intentar encontrarse a sí mismo en mis letras o sin intentar arreglarlas, que no ha habido quién contemple mis palabras por lo que son, ni ha habido quién se encariñe con mi proceso de pensar.

Aun la gente no entiende lo que significa que yo regale palabras, gestos y miradas, o que me esfuerce en comprender algo totalmente ajeno a mí elaborando trabajosamente una teoría que nos brinde alguna luz aun desde el error, que haga una letra con mis dedos en el aire o en su espalda, que piense hasta la muerte y me abrume la duda… ha sido cuestión de dignificar mi deseo, de optar por un amor más digno (Ding) y dejar de regalar mis letras a quién no las pueda acoger. Tampoco ha habido alguien a quién no me canse de contemplar; no porque entienda o deje de hacerlo, sino porque no conversa conmigo entonces no me embobo, me quedo frío como una tumba y me distancio sin notarlo.


No he sentido el impulso de regalarle a alguien ni mis pasos ni mi corazón, y quizá eso me ha hecho un ser extraño, pero ahora más que nunca soy sincero. A partir de hoy me comprometo conmigo mismo a ser, hacer y decir lo que me nazca, no por condescendencia, ni por ocio ni temor; me comprometo a dignificar este corazón, esta barquita de tinta y papel, a cuidar estas letras que amarran mi cuerpo, a vivir tranquilamente mi soledad. Me comprometo a ser sincero y paciente, a vivir sin afanes, desprevenidamente y dejarme llevar. Me comprometo a respetar mi modo de ser, a encarnarme tal y como soy y, por fin, dejarme respirar. 


[Escrito: jueves 23/04/2015]

Murmullo

Tengo la cabeza extrañamente ruidosa.

Soñé algo muy confuso y ahora tengo un murmullo entre mi oído y mi mente. Acincerarme conmigo mismo y retomar los ideales que me hacen profundamente feliz mientras cuestiono los últimos fundamentos de mis nortes han hecho de mi alma un territorio de batalla y confusión. Armagedón.

Me siento aturdido por todo este murmullo que no logro descifrar, en el que no logro dar sentido a lo que dice cada voz. Me encuentro golpeado por incesantes ráfagas de sinceridad, de una espontaneidad que desconocía y que me rebasa, que no puedo contener y se desborda. Ya, basta de contener, basta de controlar, basta de amainar. ¡Que llueva parejo! ¡Que escampe otro día!

El sentido de la confusión no es otro que la confusión misma, como lo que hace el murmullo no es la suma de los sentidos de lo que las voces hablan, sino las voces que hablan y se encuentran dispares. El murmullo es su superficie, sus pliegues y matices, no alguna supuesta profundidad. Siendo así, creo que no tengo que entender mi confusión, ni darle algún sentido. Bastará entonces con sentirla cuánto dure y escuchar este murmullo hasta que cese.

Dicho de otro modo, no creo que haya algún sentido de la confusión más que la confusión misma. Es una figura holística antes que analítica y, sin embargo, más que ser la suma de sus partes o más que esta, es algo diferente a la suma de ellas. Es un murmullo. Mañana callará.

Deben estar muy confundidos en la biblioteca. Se cayó una estantería y derribó una pared. Y había mucho más, sofocado, tras esa pared. Juan no me habla. Algo se avecina, algo me dirá.


[Escrito: miércoles 22/04/2015]



*Nota: Juan ha vuelto a hablarme, 12 días después, ayer 4 de mayo. Ha logrado reunir y extraer de entre los escombros aquello que estaba sofocado (reprimido, oculto) tras la pared. Vino con una imagen que no describiré, con una infinidad de recuerdos que por fin puedo anudar y que me permiten hacerme una imagen más completa, un todo que por fin tiene sentido. Juan vino a mí con una palabra: Monstruosa. Lárgate de mí.

Hoy cesó el orgullo; hoy finalmente (caló y) calló el murmullo.

Silencio. Alegría. Tranquilidad. Por fin, un punto final. [05/05/2015]


*Nota 2: La anterior nota es también un texto con nombre propio: Murmullo 
– Nota final. Está publicado el día miércoles 06/05/2015 en el Blog. Cumple ambas funciones, de nota final para Murmullo y de texto en sí mismo, cerrando un largo proceso con un punto final. La repetición no es accidental, es el único modo en que podría tener sentido y la única manera en que me es posible decir lo que debe decir: Se acabó.


*Nota 3: Vieco se pilló algo. Murmullo acaba con que Juan "algo me-dirá" y en Murmullo – Nota final Juan vuelve con una medida de un otro. Creo que es una transformación del "Otro a medida" (Soler) y se sectoriza en un sólo otro que encarna en mi vida aquello que antes era una fantasía abrumadora, un fantasma sólido de lo que me resulta aversivo de la feminidad. Ahora es enfrentable, no como ese Otro etéreo que me perseguía antes.

viernes, 10 de abril de 2015

Nota del día: Amor y sexo

Sin duda, la más desventurada ocurrencia histórica de la humanidad en lo poco que llevamos en la faz de la tierra ha sido suponer la identidad (o por lo menos una ligazón indivisible) entre el amor y el sexo, entorpeciendo ambos procesos y nublando toda capacidad de disfrutarlos con alguna plenitud, pues al privilegiar alguno se hace a costas del otro y termina así por anularlos a ambos y erradicar la felicidad de nuestras vidas.

Si ha de existir una relación en la que habite una ligazón similar a esta, será porque las personas implicadas llegaron a sentirse así sin darse cuenta, casi por accidente, y no porque así se nos haya enseñado a amar así: medievalmente.

Para decirlo simple y claramente: el amor y el deseo sexual son dos cosas distintas.


[Escrito: viernes 10/04/2015]